La enseñanza virtual ha ido ganando adeptos en todas las etapas formativas con un especial repunte en los últimos meses debido a la crisis sanitaria. El escenario actual de la formación online en el mundo de la formación reglada, y en concreto de la FP, muestra una tendencia progresiva hacia la virtualidad.
Según los últimos datos disponibles publicados por el Ministerio de Educación, comprobamos como ha aumentado el número de alumnos matriculados a distancia tanto en Grado Medio, con un incremento del 9,9%, como en el Grado Superior, con un aumento del 19,4%, hasta alcanzar los 59.934 estudiantes.
Este auge del aprendizaje online ha ido de la mano del surgimiento de un nuevo perfil de docente que pone en juego unas competencias características, en gran medida inherentes a la formación en línea.
“Hacer lo mismo de siempre usando tecnología punta es pobre a la vez que un gran error”. Esta es una de las premisas del estudio Evaluación de la calidad docente en entornos virtuales de aprendizaje llevado a cabo por miembros de la dirección académica de la UOC. Y es que la creación espacios virtuales de conocimiento implica una redefinición de los elementos organizativos del aprendizaje, entre los que destaca el papel del profesor online.
Indudablemente, se plantean nuevas competencias que estos profesionales deben dominar para aprovechar el potencial pedagógico de estos espacios. Y evidentemente, se advierten diferencias muy importantes en los roles de los profesores virtuales y los presenciales como las que veremos a continuación:
El rol del profesor como docente virtual
Orientación en el uso de la tecnología
Una función elemental que deben desempeñar los profesores virtuales es la de escoger, integrar y diseñar las herramientas tecnológicas más adecuadas para el aprendizaje en el entorno telemático existente.
Igualmente importante es la labor de orientación en el uso de cualquier plataforma virtual de aprendizaje dado el amplio abanico de recursos que puede llegar a ofrecer: contenidos interactivos, foros de debate, herramientas de mensajería interna, videotutoriales, videoclases participativas…
Por último, esta tarea de asesoramiento culmina con la regulación de un uso adecuado y seguro de la tecnología por parte de los estudiantes.
Apoyo y seguimiento constante
Una vez inmersos en una formación en línea, el profesor online deberá hacer un control exhaustivo del ritmo de aprendizaje de los estudiantes. Para ello, es recomendable hacer un seguimiento de la participación del alumnado en las distintas actividades orientadas a la interacción social como los foros de debate o chats grupales en torno a una temática concreta.
Por otro lado, la formación online permite hacer un análisis en tiempo real del avance de cada alumno respecto a las actividades propuestas. Esto posibilita al docente estar al día de su progreso e interpelar de manera individual al estudiante cuando no complete a tiempo las tareas.
Gestión de la interacción en la comunidad
Una parte sustancial del rol del docente online es la de promover relaciones de confianza y compromiso entre los propios estudiantes mediante las herramientas de comunicación a su disposición. De igual modo, será el encargado de monitorizar y dinamizar los espacios destinados al intercambio de conocimiento como son los foros de debate o las videoclases en directo.
Igualmente, tal y como ocurre de forma presencial, en un entorno online pueden surgir conflictos en los grupos de trabajo cuya gestión también formará parte de las competencias del profesor.
Evaluación del aprendizaje
El proceso de evaluación online debe comenzar con informar al alumnado de los criterios que se tendrán en cuenta a la hora de valorar su aprendizaje. En un entorno virtual es aconsejable optar por una evaluación continua en la que se utilicen diferentes tipos de pruebas para que la nota final represente fielmente los resultados del aprendizaje.
En cuanto a las formas de evaluación, estas pueden ser muy diversas. Desde los tradicionales exámenes orales a través de videoconferencia, hasta el desarrollo de trabajos para ser presentados a posteriori por los alumnos a viva voz. Igualmente, existe la posibilidad de realizar exámenes tipo test con tiempo de respuesta limitado o ante una cámara.
Un aprendizaje dirigido en todo momento
Son ya once años los que llevo implementando una formación con un alto componente digital que incluye contenidos innovadores y atractivos para responder a los diferentes estilos de aprendizaje y, sobre todo, a las distintas generaciones de estudiantes, incorporando las nuevas tendencias en aprendizaje en línea.
Soy conscientes de la necesidad de contar con profesores expertos en activo del sector digital para diseñar, orientar, dinamizar y evaluar el trabajo del estudiante durante todo el proceso educativo a través de un aprendizaje dirigido. De esta forma, el alumno nunca está solo frente al ordenador.
Igualmente, junto a las competencias más técnicas, el alumno también ejercita otros valores como la autodisciplina, la capacidad organizativa, la gestión del tiempo, o la responsabilidad colaborativa. Todo ello para crear un background muy similar a los entornos reales de trabajo y comunicación en red.