Ventajas de una educación semipresencial en las escuelas

by Zigor Maritxalar

Ventajas de una educación semipresencial en las escuelas

by Zigor Maritxalar

by Zigor Maritxalar

La ya anunciada transformación digital tiene un impacto global en el avance de la sociedad que abarca todos los ámbitos que la sustentan, especialmente el de la educación. Esta preferencia por lo tecnológico que hemos experimentado en los últimos meses con el auge de la formación online plantea tres cuestiones clave en torno al proceso educativo:

  • ¿dónde ha de situarse el foco, en el alumno o en el docente?
  • ¿deberíamos trasladar la mayor parte de las actividades educativas a un entorno online y asíncrono y potenciar de manera presencial otro tipo de dinámicas más grupales que conduzcan a la reflexión e interiorización de conceptos?
  • ¿es el docente o el propio alumno el que debe marcar su propio ritmo de estudio en base a sus capacidades y necesidades?

En base a estas preguntas, todo apunta a que, en el ámbito de la educación superior la tendencia sea la de apostar por modelos semipresenciales dado su alto enfoque centrado en el alumno, la optimización del tiempo que pasa en el aula y la adecuación a su ritmo de aprendizaje.

Cualquiera que sea la acepción que escojamos, educación híbrida, mixta o semipresencial, el modelo está claro. Hablamos de una metodología que combina aspectos de la formación presencial con el componente digital de la formación online.

Veamos a continuación su nivel de adecuación en las distintas etapas educativas, así como los rasgos más característicos que la definen.

Nivel de adecuación del modelo híbrido en cada etapa

Cada nivel educativo se caracteriza por sus particularidades concretas en cuanto al perfil de los estudiantes basándose en las capacidades propias de la edad o en lo que respecta a su desarrollo cognitivo.

En este sentido, parece claro que en las primeras etapas de la formación escolar la presencialidad es un imperativo ya que los aprendizajes se producen a partir de experiencias más sociales y requieren de una relación muy cercana y constante entre alumno y profesor. Sin embargo, en etapas superiores es totalmente viable llevar a cabo un modelo mixto. ¿De qué manera? Priorizando la digitalización en aquellas tareas que se pueden llevar a cabo de forma autónoma o en colaboración en línea, y manteniendo la presencialidad en aquellas actividades que precisen más experimentación o contacto social.

De ahí la importancia de entender que lo realmente trascendente es adaptar el modelo pedagógico a cada circunstancia. ¿El objetivo?  Dibujar una educación que aproveche al máximo el potencial de cada alumno y responda a las diferentes necesidades individuales para transmitir el conocimiento.

Rasgos de un modelo educativo híbrido

En el caso de Implika, son ya once años los que llevamos implementando este modelo híbrido presencial-online entre nuestra comunidad de alumnos. Tras analizar exhaustivamente las particularidades aquellos que querían formarse, llegamos a la conclusión de que una metodología mixta era la opción más pragmática y eficiente para responder a las exigencias de un perfil de alumnado que demandaba una mayor autonomía en su aprendizaje.

Siendo así, desarrollamos una metodología basada en los siguientes aspectos.

Combinación de docencia telemática y presencial según el tipo de actividad

En un modelo mixto, la interacción entre el profesor y el alumno no necesita ser forzosamente síncrona, sino que el docente puede grabar la clase en formato virtual y mandarla al alumno. El estudiante la verá cuando esté realmente interesado y podrá interactuar con el contenido incidiendo en aquello que le interese más, a su antojo y sin interferir en el aprendizaje de sus compañeros. Esto es algo que una clase magistral tradicional no permite. Por otro lado, y como he mencionado anteriormente, el espacio físico puede ser la opción más idónea para llevar a cabo un aprendizaje basado en las dinámicas grupales y la reflexión conjunta y experiencial.

Soporte multicanal para favorecer la relación docente-alumno

El alumno tiene a su disposición un equipo docente disponible en horario lectivo para la resolución de dudas individuales, tanto por vía telemática como de manera presencial. La atención personal a través de ambos canales permite adaptar el tiempo de consulta a cuestiones que realmente preocupan al alumno, favorece la conexión estudiante-profesor y posibilita al docente la oportunidad de adaptar la respuesta al nivel académico del estudiante, acortando el proceso de comprensión.

El alumno es el protagonista de su proceso de aprendizaje

Por medio de esta metodología combinada, se pone en valor el rol del estudiante que adquiere un papel totalmente consciente y activo durante su proceso de formación, suprimiendo las horas presenciales en el aula en las que el alumno tiene un papel exclusivamente pasivo de escucha y simple memorización. Esto se traduce en un incremento de la motivación del estudiante al tomar un papel principal en el aprendizaje, aumento de la atención y una mejor fijación de los conceptos. Igualmente, este modelo propicia más la retención del conocimiento a medio y largo plazo, al poner el foco en la comprensión más que en la mera memorización.

Desarrollo de competencias blandas para el entorno laboral

En una educación semipresencial el alumno adquiere competencias valiosas inherentes a la formación en línea: la autodisciplina, la capacidad organizativa, el trabajo colaborativo y por supuesto, las competencias digitales. Todo ello eleva el potencial de empleabilidad del alumnado y le confiere técnicas y hábitos de estudio que apoyarán su reciclaje profesional. Y estas competencias, son para siempre.

Por qué apostar por una educación semipresencial

En cuanto a la extensión de este modelo, universidades como la de Harvard ya han optado por implantar elementos de aprendizaje híbrido en su oferta formativa. Esta decisión ha sido fruto del deseo de docentes como Eric Mazur, experto en innovación educativa y catedrático de Física Aplicada, por probar este modelo como una alternativa a las clases presenciales tradicionales que históricamente habían demostrado ser poco efectivas. El Instituto Tecnológico de Massachusett (MIT) y el Imperial College de Londres, que ocupan la quinta y octava posición en los rankings mundiales, también han adoptado el modelo híbrido en muchas de sus formaciones.

Por otro lado, y para aquellos a quienes les guste medirlo cuantitativamente, investigadores de la Universidad West Chester de Pensilvania realizaron un experimento con 150 estudiantes con el objetivo de valorar la eficiencia de una educación semipresencial. Dividieron a los alumnos en dos grupos (unos recibieron instrucción híbrida y el resto presencial) y evaluaron sus resultados tanto académicos como de percepción.

El estudio concluyó lo siguiente:

  • El 64% de los estudiantes se sintió más implicado con los contenidos del curso en la modalidad híbrida.
  • El 90% destacó la comodidad del modelo híbrido y un 88% del grupo incidió de manera positiva en la adaptabilidad que permitía de esta metodología.
  • El 65% consideró que las actividades combinadas fortalecieron el sentimiento de comunidad con el grupo a través de una mayor interacción con los compañeros.
  • El grupo de aprendizaje semipresencial obtuvo una puntuación superior de media en 3 puntos en comparación al grupo presencial.

En definitiva, la virtualidad de este modelo, en conjunción con el aprovechamiento de la presencialidad que lo complementa, brinda al alumnado la posibilidad de recibir una educación personalizada en base a sus necesidades e intereses y, en consecuencia, tiende a reducir el fracaso y la tasa de abandono escolar.

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